Hoy, mi país es distinto. Y, sus cambios han sido meteóricos. Nuestra sociedad es otra. Y, eso se nota, día a día.
Y, la clave de esta transformación, se resume en una palabra: Apertura. La que se ve reflejada en casi todos los ámbitos: social, económico, familiar, político, etc.
Algunos, hemos aceptado estos cambios con naturalidad. Otros, aún se resisten.
Y, es que no sólo mi país, el mundo está cambiando; a pasos agigantados.
A veces, veo esto con cierta inquietud y temores. Sin embargo, prima en mí la esperanza de tiempos mejores.
Como dicen los budistas: Seamos como el agua. Que se adapta y cambia, constantemente, navegando en medio de la incertidumbre.
Porque un nuevo mundo, nos guste o no, ha llegado para quedarse...
¡Linda semana!
Sylvia
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